miércoles, 30 de diciembre de 2020

Vos

Es que no, no vas a poder entender
por más que te lo explique bien
el remolino de emociones
las increíbles sensaciones
que se agolpan en mi pecho
que reparan un corazón maltrecho.

Porque no, no puedo decir con palabras
que con todo ese cariño que dabas
me llenaba de una temerosa ilusión,
que te miro y se ilumina mi visión
que ni si quiera te estaba buscando
y te quedaste en mi mente delirando.

Es que sí, te acercaste a mi vida
cuando ya estaba vencida
decidida a cerrar todas mis puertas
y a tapar cada rendija expuesta;
reprimida y escondida
enjaulada como un animal, perdida.

De repente llegás cual oasis a mi desierto
convertís en valles el paraje muerto
en latidos que resuenan en todo mi cuerpo
de tierra seca en un verde huerto
en un manantial de cariño infinito
que destruye la dureza del granito.

Envuelta en este fuerte sentimiento
que en cada hora se vuelve mi alimento
simplemente con ser vos
escuchando tu dulce voz
pone alerta mis sentidos más salvajes
y elimina la protección de mi blindaje.


Te amo, Juan ♥


miércoles, 24 de agosto de 2016

Rimas libres

No hay manera de explicarte,
lo que me llegas a hacer sentir;
es tan fuerte mi deseo de amarte,
que es imposible de intentártelo definir.
Que en mis sueños siempre te encuentro,
que el día me siempre me alegras;
que eres todo mi centro,
que me alejas de la oscuridad negra.
Luz de mi vida, iluminas mi camino;
haces que no decaiga, que siga adelante;
eres el ángel que a cuidarme vino;
eres quien me protege a cada instante.


lunes, 22 de agosto de 2016

Aprender a soltar

El tiempo pasa, uno va creciendo cerca de personas que cree que va a tener a su lado toda su vida. Es tan difícil encontrar a alguien de confianza, que vale la pena, que adores con el alma... que una vez la encontrás, pensás que nada puede cambiar eso. La afinidad infinita que los envuelve y los hace prácticamente parte del otro. Quizás lo que escribo también valga para las parejas, pero en este caso me estoy refiriendo a algo diferente, me refiero a los amigos, a los amigos de verdad. A los que te escuchan, que te protegen, que te aman por sobre todas las cosas, aunque a veces peleen o discutan como hermanos, son esas personas que sabés que siempre van a estar ahí y van a hacer todo lo posible por sacarte una sonrisa, y moler a golpes a quien te haga daño.
Quizás hace años que está con vos, quizás no hace mucho. El tiempo no importa, porque los sentimientos muchas veces no necesitan más que unos instantes para ser fuertes.
Aún así, con lo bello que eso puede ser, a medida que pasa el tiempo y tu carácter y gustos se van formando y/o cambiando, a veces descubrimos que no disfrutamos a ciertos amigos de la misma manera. Porque cambiaron los puntos de vista, los gustos que los unían fuertemente, el sentido del humor; no sé, pueden ser muchas cosas, puede ser todo.

Y ese es el reto más grande que se nos presenta, aprender a darse cuenta de eso, aprender a asumir que las cosas no tienen por qué ser exactamente igual a como eran antes. Es parte de la vida, cambiar y renovarse; o en su defecto, mantenerse estático cuando el otro avanza y su pensamiento muta.
Siempre te da miedo percatarte de eso. Incluso pena y una sensación de ser un completo traidor, de estar fallando como amigo. Después llega la negación, el pensamiento de que quizás sea algo pasajero, de que es algo estúpido. ¿Cómo alguien que adorás tanto se transforma de repente en un extraño o en alguien a quien te produce una mala sensación al tenerlo cerca? O peor: no te produce ninguna sensación...
Preferirías discutir y pelear, y terminar mal esa amistad antes que decirle que ya no te sentís bien al verlo. Pero inevitablemente llega un momento en el que tenés que ser fuerte y hacer frente a toda esa situación.
No estás fallándole a nadie. Fallar sería continuar algo que no tiene sentido.
Aprender que nada es para siempre, y que eso no está mal, que el cambio es bueno, que las cosas no tienen que tener un fin sólo cuando todo se vuelve bélico o caótico.

No tengas miedo, eso significa madurar y crecer.


martes, 5 de julio de 2016

Yo te cierro mis puertas

Yo te cierro mis puertas,
porque ya no soy la que conociste, 
porque mi confianza ya esta muerta,
porque hoy recibes lo que diste.

Yo te cierro mis puertas,
porque no te tengo una pizca de cariño,
porque tus intenciones son inciertas,
porque el tiempo me demostró que sólo eres un niño.

Nunca pudiste ser mi hermano,
porque te hiciste a un lado,
porque fuiste egoísta y soltaste mi mano.
Porque cuando te necesité eras el hielo más helado.

No me vuelvas a llamar tu amiga,
esas épocas muy distantes a la actual son.
Te convertiste en el látigo que hostiga.
Y te volviste un ser sin corazón.

Te he dado mis últimos consejos,
el tiempo corre y se te termina.
Callarás y quedarás perplejo,
pero mi camino es el mismo: distinta la que camina.

Hoy te cierro mis puertas,
porque he aprendido tras miles de heridas,
y me he erguido hasta en las noches más desiertas,
oídos sordos haré a lo que supliques y pidas.

Hoy te cierro mis puertas, 
esta será mi despedida.
No sé quién eres ni qué muestras,
te deseo suerte, pero hazte a un lado de mi vida.


martes, 15 de marzo de 2016

Me duele el alma

Me duele el alma
por tenerte lejos.
¿Cómo tener calma?
Si al verte, perplejos

mis labios tu sabor reclaman,
mis oídos extrañan de tu voz la cadencia.
Benditos (o malditos) mis sentidos que te aman
y que lloran anhelando tu presencia.

Y los recuerdos, pasajeros pero repetitivos
no dejan de acosarme con placer
para que ría y llore; dubitativos,
mis pensamientos no sabes ya qué hacer.


Enamorada

Quién hubiera osado decir que me enamoraría de ti
desde aquel primer instante en que te yo te vi;
tus ojos eran el reflejo de tu alma;
consiguieron al instante elevarme de paz y de calma.

Eras la inocencia en carne viva;
el bromista, el incomprensivo que no sabía a dónde iba;
irradiando dulzura delirante,
hermosura divina, ternura constante.

Y te amé con una pasión infinita, indefinida;
quise - y quiero - compartir contigo las cosas de la vida,
disfrutar tus risas, fastidiarme con tus enojos,
conocerte a fondo, apegarme a tu ser como un abrojo.

Anhelo tus caricias, tímidas, perfectas;
adoro tus labios temerosos, tu figura esbelta.
Creo que eres el ángel que protege lo que soy
y tu cariño enorme me acompaña a donde voy.


Una tortura desconsolada

Una tortura desconsolada,
el dolor inexplicablemente malo.
Sentir el pecho atravesado con una espada
en el corazón, totalmente agujereado.

Un minuto más, sólo un minuto
que me acerque un poco más a tus brazos.
Es la hora de irte en punto,
regálame otro más de tus ocasos.

La triste soledad espera impaciente
a que te vayas; sabe perfectamente
que mañana volverás imponente
a reclamar tu puesto majestuosamente.

Pero, ¿qué hacer para matar la espera?
Tan lastimera, cicatriz en carne viva.
Sea dios quien realmente quiera
amedrentar mis dolencias atrevidas.

Es que sólo eso pueden ser,
si sé bien que esperaré no más de dos días
para que pueda volverte a ver
y que tus manos sean otra vez mías.

¿Pero quién no ha amado así alguna vez?
Desesperados por el calor del compañero,
enamorados de la cabeza a los pies,
entregando la confianza, siendo sinceros.

¿Quién pudiera pedirme razones
de por qué derramo lágrimas vanas?
Si el amor no tiene explicaciones;
sólo se trata de querer con la locura sana.

Así que déjenme tranquila con mis sentimientos
que sólo ambos por siempre entenderemos.
De este amor tan único que nos deja sin aliento,
que nos hace escribir el cariño que nos profesaremos.